Brutalmente adictivo
Por: Gabo Hernández
Algunos juegos son hechos para relajarse pero, si pensabas que Katana Zero es uno de esos, estás muy equivocado(a). Katana Zero es uno de los nindies más recientes en la eShop de Nintendo y opino que hasta ahora es uno de los mejores que hay.
En este juego sos un samurai con habilidades y reflejos increíbles lo cual hace que seas un asesino implacable.
Lo bueno
La dinámica
La dinámica de este juego es sencilla; si te pegan una vez, te morís. Esto te obliga a mejorar tu estrategia después de cada intento así que, si sos de esos que usa la misma estrategia hasta que les sale, vas a desperdiciar muchísimo tu tiempo.
Siento que este tipo de dinámica hasta mejora tus reflejos, tiempo de respuesta y habilidad para solucionar problemas ya que tenés que ponerle bastante mente a lo que vayas a hacer en cada nivel.
El estilo
Katana Zero es un juego estilo 8-bit combinado con hack & slash y unos toques de JRPG. Los colores aportan a que el juego sea más disfrutable ya que son neon, de alguna manera me recordaron a Blade Runner.
La música
Hasta un asesino samurai necesita ponerse en ambiente para hacer su trabajo. Todos los niveles tiene música diferente que de alguna manera, hace que sacarle las tripas a los enemigos sea más satisfactorio.
Lo malo
Modo tutorial
Al principio, no te enseñan con detalle todos los mandos entonces, eso hace que jugues un poco desubicado(a) al principio. Cierto que es parte de la diversión ir aprendiendo cómo jugar pero, sería bueno aprender cómo hacerlo ya sabiendo cómo usar los controles bien.
Katana Zero es un juego que te hará mejorar cada vez que intentés pasar algún nivel. Tenés que saber que vas a morir un montón de veces, es mentira que vas a pasar un nivel a la primera entonces si lo jugás, llenate de paciencia.
Veredicto:
Acerca del autor: Gabo es el co-fundador y editor en jefe de Banana Chip. Le gusta todo lo relacionado con la cultura popular, colecciona Funko Pops y podés hablar de lo que sea con él. Conocelo un poco mejor siguiéndolo en Instagram y Twitter.
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